Vulnerabilidad al cambio climático en los ecosistemas de montaña
Resumen
Los ecosistemas de montaña ocupan aproximadamente un 27 % de la superficie de la Tierra, y dan lugar para tos hogares de más del 20 % de la población del mundo, aunque sus beneficios extienden a billones de personas más que habitan en las tierras bajas y regiones de piedemonte, el presente trabajo pretende dar a conocer los beneficios de los ecosistemas de montaña y cuan vulnerables son ante los cambios climáticos y el calentamiento global. El calentamiento global es el aumento de la temperatura en la superficie de la Tierra, producto del aumento de la concentración de gases llamados de efecto invernadero, que dificulta o impide que la energía del sol se reemita al espacio. Este aumento es producto de una mayor cantidad de emisiones que se originan por la actividad industrial realizada por Jos seres humanos, y que tiene como consecuencia la alteración de la composición de la atmósfera y la intensificación de los eventos extremos del clima, como consecuencia de este cambio, el ciclo hidrológico se desestabilizará, y conducirá a una mayor variabilidad en la precipitación y en los caudales de los ríos, y a una mayor intensidad de eventos hidrológicos severos, las variaciones del clima repercuten fácilmente en los ecosistemas de las montañas. Las montañas son vulnerables debido al grado de susceptibilidad o de incapacidad de un sistema para afrontar los efectos adversos del cambio climático, y en particular la variabilidad del clima y los fenómenos extremos. Conforme se calienta la atmósfera, los glaciares están derritiéndose a una velocidad sin precedente, y algunas especies raras de plantas y animales luchan por sobrevivir en espacios cada vez más reducidos, a la vez que los pobladores de las montañas son de los ciudadanos más pobres del planeta y afrontan dificultades mayores para vivir. Entender la forma en que el cambio climático repercute en las montañas es vital para que los gobiernos y las organizaciones internacionales elaboren estrategias para invertir las tendencias actuales de calentamiento del planeta, a través de tratados como el Protocolo de Kyoto y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.